La consecuencia de una política de tierras y viviendas insuficiente o errada es que la gente viva mal.
Hay muchos vecinos de los barrios, especialmente en el Don Bosco, Rural Vieja, Ceferino y el Matadero que, al no tener donde instalarse, construyeron sus casas en lugares con mucha pendiente, y hoy deben pelear contra el desmoronamiento de las laderas de la montaña. Es necesaria la construcción de muros de contención para sostener el empuje de la montaña sobre las casas.
Proveeremos materiales y asesoramiento técnico para ayudar a los vecinos a construir muros de contención.
El Estado debe tener políticas de apertura de tierras, de vivienda, de ampliación de redes de infraestructura que se anticipen a las necesidades de la gente, para que el crecimiento de la ciudad se haga en forma ordenada, en lugares seguros y que la gente pueda vivir bien.
Nuestro gobierno pondrá a los profesionales municipales a planificar y ejecutar el crecimiento de la ciudad en forma ordenada, para que los vecinos no tengan que pelearse con la naturaleza por los desbordes del arroyo, o por desmoronamiento de las laderas de la montaña.