Se reclama permanentemente un cambio en la política. Este cambio no se logra mágicamente con poner caras nuevas.
Para mejorar el sistema político, es necesario revitalizar el rol de las instituciones democráticas, marcando realmente el respeto irrestricto de la independencia de poderes.
El Concejo Deliberante será la caja de resonancia de lo que pasa en la comunidad, el lugar de discusión de las políticas públicas de la ciudad.
Para concretar un plan de gobierno es necesario experiencia, iniciativa, capacidad, compromiso y convicción. Los candidatos que ocuparán las bancas a partir del 10 de diciembre reúnen estas condiciones.
No postulamos concejales para que se limiten a obedecer lo que les manda el Intendente, sino para que debatan con altura las ideas y logren los consensos necesarios en beneficio de todos.
El Concejo Deliberante necesita diez representantes trabajando integrados –no subordinados – a los vecinos y al próximo Intendente, debatiendo y aportando juntos para lograr un buen gobierno local, acorde con los desafíos y oportunidades que hoy se nos presentan.
Para renovar la ciudad sin desaprovechar las oportunidades existentes, se necesita renovar y ordenar las ideas, de modo de hablar y obedecer menos y gestionar y concretar más.